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Sinceridad

Posted by Sebastián Asencio | | Posted on 3/31/2011 09:29:00 p. m.

Siglo XX, años noventa: ser un país subdesarrollado y tercermundista tiene su gracia. Tratados de libre comercio con toda Asia. Políticas capitalistas aplicadas al pie de la letra, tal como la pasada dictadura había dejado bien escrito. Parecía que los tiempos pasados de miseria quedaban en el olvido: no, la desigualdad es algo de lo que los militares se olvidaron y que nos persigue ya hace varios años.

¿A qué aspira el chileno promedio que recibe su sueldo todos los meses? Como hijos de los españoles que somos, nuestro gran objetivo siempre ha sido imitar a esa exitosa y sufrida sociedad europea. Desde el “parlamentarismo chileno” se marcó la tendencia que hasta hoy nos sigue, pero una duda nace en mi cabeza: ¿Por qué nunca fuimos como los peruanos? Ahora nos comen nuestra capital y el norte desierto con sus inmigraciones. Nada que recriminarles, pues buscan la “solución a sus problemas”. ¿Por qué no lanzarnos a través del Atlántico para llegar a ese cálido Mediterráneo? Pobres, somos unos pobres ¿Por qué no buscar en nuestros amables países limítrofes el paraíso y salir de la indigencia? Qué vecinos más inútiles son los que nos acompañan. ¿Por qué siguen entrando? Y ¿Por qué no buscamos nosotros en ellos alguna esperanza?

Chile, económicamente poderoso, posee una de las desigualdades sociales (Coeficiente de Gini) más altas del continente, llegando a niveles comparables como los de Venezuela. ¿Se imaginan una chilenita de clase baja viajando a Bolivia o a Perú en búsqueda de “mejores oportunidades? Normalmente ocurre al revés. Mejor dicho, siempre es así. Las nanas peruanas hace tiempo que se tomaron el negocio de las “asesoras del hogar”. Limpia por aquí, limpia por allá. Les pagan a fin de mes y mandan el dinero directo a sus indignas familias. Respondo alguna pregunta. Nosotros no buscamos en tierras vecinas de algo mejor, porque, simplemente, sabemos que, aunque esto ya es “a la chilena”, nada será mejor en Argentina, en Bolivia o en Perú. Mejor lo sabe el cómodo de clase alta ¿Y por qué no a Europa? Fácil: no están las “lucas”. Si algún chileno ha viajado a esa tierra antigua, siéntase orgulloso. Es de los pocos. Es da la ya nombrada “high society”.

Si ahora son los peruanos, y quizás bolivianos, los que entran como dueños de casa a nuestro país, fueron los mismos europeos que se escaparon de las tinieblas a fines de la década del 40. Corrieron, sudaron y lloraron por lo que sucedía en sus tierras. Vieron a esta larga faja llena de flojos como su salvación. Los alemanes se tomaron el sur. Valdivia. Villa Alemana. Nació Paul Schäfer. La pedofilia se hizo famosa. Tuvo que ser en este contexto, en estas circunstancias de guerra, que los “gringos” se vinieran a este país. Por supuesto, no podría haber sido de otra forma. Después de todo, ¿que tiene chile que quiera un europeo, que desea tanto un peruano?

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